Protagonistas que construyeron y siguen aportando al progreso del departamento.
Con el fin de destacar la trayectoria y el esfuerzo de comerciantes, industriales, productores e instituciones deportivas, culturales y sociales locales, la Municipalidad de Guaymallén entregó los premios «Cacique Guaymaré»; distinción para quienes apostaron 40 años o más al departamento, con sus mejores productos y servicios.
A partir de esta propuesta, declarada de Interés Municipal por el decreto 2917-20, fueron distinguidas 45 firmas y entidades, con un diploma y una pieza artística. Las obras de arte fueron todas realizadas por Fabián Álvarez, Federico Arcidiacono, Beatriz Delbono y Alejandra Civit, reconociendo de esta forma, además, la creatividad de los artistas locales.
Es importante destacar que la entrega de los premios será publicada por etapas.
. Panadería Keli:
Este negocio nació en el año 1970, de la mano de Ignacio Gianformaggio, que dedicaba su tiempo a generar el sustento familiar amasando panificados y cocinándolos en los antiguos hornos a leña. La producción casera atrajo cada día a más clientes, por lo que se sumaron a esta tarea María Angélica, esposa de Ignacio, además de sus hijos Miguel y Mariela.
Al pasar los años, el equipamiento se fue modernizando y el talento del fundador pasó a la segunda generación. Con el esfuerzo y el entusiasmo de siempre, Miguel Gianformaggio se hizo cargo del local, siempre con la valiosa ayuda de su madre y su hermana.
Responsabilidad, experiencia y calidad se destacan en este equipo familiar de trabajo que sigue adelante a pesar de la adversidad económica a la que se enfrentaron en distintas oportunidades.
. Bachelor Argentina:
Marcada por su alta calidad empresarial, esta firma fue fundada por los hermanos Orlando y Elio Bachiocchi, en el año 1958. Tiempo después, se hizo cargo la segunda generación integrada por Alberto, Héctor y Carlos Bachiocchi y más tarde se sumaron los nietos para seguir fortaleciendo el legado familiar.
Los valores transmitidos desde el comienzo hasta hoy están fundamentados en la transparencia, la calidad, el compromiso y la innovación constante, que redundan en una excelente atención al público.
Las estrategias para afrontar las temporadas adversas fue la de trabajar duro, dejando de lado cualquier situación personal en pos del bien común.
. Farmacia Cobos:
Esta histórica farmacia, que lleva más de medio siglo en Dorrego, fue trasladada por sus dueños anteriores desde la provincia de La Pampa, cuando en este distrito mendocino todavía existían viñas y baldíos. Más tarde, pasó a manos de Arón Marcelo Borsani, su actual propietario, que construyó un vínculo directo y personalizado con cada uno de sus clientes.
Ha perdurado tanto tiempo gracias su cultura del trabajo genuino, al ingenio para ofrecer los productos que necesita la gente y a la actualización de sus conocimientos para asesorar con idoneidad.
El servicio de alta calidad, la tarea en equipo y la confianza del público han sido fundamentales para superar los tiempos difíciles.
. Ferretería SUNI:
Fue fundada en el año 1985 por Pedro Francisco Arru, un empresario entusiasta que con dedicación y estrategia, diez años más tarde, inauguró una sucursal.
El crecimiento de este emprendimiento familiar está basado tanto en los valores de empeño y compromiso inculcados por su padre como en el apoyo de su hermana María y su cuñado Alberto. Juntos forman un equipo dedicado a brindar productos de calidad y a progresar desde la innovación constante.
Mantiene una relación cordial, cercana y de mutua confianza con la clientela que desde hace tantos años prefiere mejorar su hogar con los artículos y el asesoramiento que ofrece Suni.
Con honestidad y constancia, le ha ganado batallas a la adversidad económica y social; ofreciendo interesantes promociones, nuevas líneas de productos y “siempre” apostando al país.
. Tienda El Once:
Sus 70 años de trayectoria la posicionan en un lugar de privilegio en la historia departamental. Desde su fundación a cargo de Alfonso Morales Torreblanca en el año 1951 hasta hoy, han pasado tres generaciones comprometidas con el público. Pero como reza la frase “detrás de un gran hombre hay una gran mujer”, este legado no hubiese sido posible sin el apoyo incondicional de María Pintor Rubio, esposa de Alfonso.
Es un comercio de indumentaria y gran variedad de calzados de excelente calidad, a precios convenientes, a fin de cubrir las necesidades requeridas tanto de fieles clientes de antaño como de los que se renuevan permanentemente.
Los responsables de la tienda y el equipo de trabajo son personas que con estudio, esfuerzo y pasión por el oficio han conquistado a la gente, a través de un trato cordial y afectuoso.
Vale resaltar que, si bien vivieron épocas críticas, las superaron con tesón y el cumplimiento de los compromisos adquiridos con proveedores y entidades bancarias, sin bajar los brazos.