La Municipalidad de Guaymallén sigue reconociendo y destacando la trayectoria de los pioneros de distintas disciplinas que, con su obra, contribuyeron a forjar y difundir la identidad cultural del departamento. Hoy, al cumplirse un nuevo aniversario de su nacimiento, se rinde homenaje al maestro, escritor y periodista Antonio Di Benedetto.
Nació en Mendoza el 2 de noviembre de 1922. Su infancia transcurrió en el distrito El Bermejo, de Guaymallén, y algunas de sus obras están referenciadas en esta geografía. Cerca de allí, en Los Corralitos, quedaba la casa de sus abuelos paternos, a la que recordada como un lugar de infancia feliz.
Ingresó a la Universidad Nacional de Córdoba para estudiar Derecho en 1941, pero no terminó sus estudios. Volvió a Mendoza y se abocó al periodismo. El gobierno de Francia lo becó para realizar estudios superiores en esa especialidad. Fue subdirector del diario Los Andes y corresponsal del diario La Prensa, entre otras labores.
En 1953 publicó su primer libro de cuentos: “Mundo animal”, con el que inició su brillante carrera de escritor. Publicó además las novelas “El pentágono” (1955, que en 1974 se reeditó bajo el título de “Anabella”); “Zama” (1956), considerada una de las obras más importantes de la literatura argentina del siglo XX; la nouvelle “Declinación y Ángel” (1958), “El silenciero” (1964), “Los suicidas” (1969), la antología “El juicio de Dios” (1975) y “Sombras nada más” (1985), entre otras. Es autor también de los cuentos “Grot” (1957, reeditado en 1969 bajo el título “Cuentos Claros”), “El cariño de los tontos” (1961), “Absurdos” (1978) y “Cuentos del exilio” (1983). Su obra ha sido traducida a varios idiomas.
Además de periodista y narrador, Di Benedetto fue guionista de cine. Recibió numerosos premios por su trabajo. El gobierno italiano lo condecoró en 1969 como Caballero de la Orden de mérito. Recibió en 1971 la medalla de oro de la Alianza Francesa. Fue designado en 1973 miembro fundador del Club de los XIII. En 1974 recibió la Beca Guggenheim. Luego de su regreso del exilio, recibió el premio de honor entregado por la Sociedad Argentina de Escritores (SADE); el doctorado Honoris Causa de la Universidad Nacional de Cuyo y fue nombrado miembro de la Academia Argentina de Letras.
El 24 de marzo de 1976 fue detenido por la dictadura militar y permaneció un año en la cárcel. Al ser liberado se exilió en España, de donde regresó poco antes de morir.
Con “Zama” alcanzó su culminación, mediante un realismo profundo, árido, incisivo, que va más allá de las apariencias y acoge con precisión los productos de la fantasía creadora. Los críticos han comparado sus trabajos al nivel de otros importantes escritores como Franz Kafka, Alain Robbe-Grillet, Julio Cortázar o Ernesto Sábato.
Murió en Buenos Aires el 10 de octubre de 1986, dejando un gran legado para la provincia y el país.