Es lunes, 25 de marzo, se realizó un acto conmemorativo en la explanada de la Municipalidad de Guaymallén, por el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

Así, iniciamos la semana recordando los sucesos acontecidos entre 1976 y 1983 significaron un retroceso para la vida y la historia democrática de nuestro país. Por eso, la llegada de cada 24 de marzo es muy importante para sostener viva la memoria y decir “NUNCA MÁS” a los hechos que ocurrieron en ese oscuro periodo de nuestra historia reciente.

En concreto, se cumplieron 48 años del golpe de Estado que dio inicio a la última dictadura cívico-militar argentina. El encuentro permitió conmemorar a sus víctimas; recordar, hacer memoria… reflexionar con un compromiso activo sobre nuestro pasado; y poner en valor la importancia que tiene abogar por la MEMORIA, por la VERDAD y por la JUSTICIA; en defensa de la democracia, como modo de vida de los argentinos.

Todo lo anterior, se destaca como lo opuesto a lo que sucedió durante el terrorismo de Estado: la violencia en su máxima expresión, la censura, tortura, apropiación de menores, vulneración del derecho a la identidad; secuestro, muerte y desaparición de personas. Hoy, podemos celebrar la democracia, sin olvidar aquellos años oscuros.

¿Por qué recordamos cada 24 de marzo como un día para mantener viva la memoria?

La memoria es un acto de resistencia contra el olvido y la impunidad. Mantenemos viva la memoria de aquellos que ya no están con nosotros, para que las futuras generaciones conozcan la verdad y aprendan de los errores del pasado. La memoria nos recuerda que la lucha por los derechos humanos y la justicia no tiene fecha de caducidad.

La verdad es el pilar sobre el cual se construye la justicia. Es por eso que reafirmamos nuestro compromiso con su búsqueda incansable, mediante la identificación de los responsables de los crímenes de lesa humanidad y el castigo conforme a la ley. Solo a través de la verdad, podemos sanar las heridas del pasado y construir un futuro basado en el respeto y la dignidad de todos los ciudadanos.

La justicia es el derecho de todos los ciudadanos y el deber del Estado. No podemos permitir que los crímenes del pasado queden impunes. Debe ser justicia para todas las víctimas y sus familias, que se juzgue a los culpables y que se respeten los derechos humanos de todos los ciudadanos, sin excepción.

El acto en Guaymallén 

Como parte de nuestro homenaje a estos valores que buscamos resaltar y defender;  el espacio teatral del municipio, realizó una lectura interpretativa de testimonios rescatados de los textos “Nunca Más” – el informe final de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) – y “Juraría que te vi” del Colectivo Memoria e Identidad – Grupo Pichona Moyano.

La lectura fue acompañada por la presentación musical de Javier Rodríguez.

La lectura de los textos -e interpretación- estuvo a cargo del grupo del espacio teatral del municipio, coordinado por Ricardo Nuarte; y los actores y actrices que prestaron su voz: Doris Andreoni, Santiago Navarra y Vilma Lucero.

Para finalizar, la locutora Paula Monteagudo, nombró a todas las personas desaparecidas de Guaymallén:

«Nombrar es una práctica que pone a la memoria en movimiento», destacó. 

La verdad y el tiempo se acompañan entre sí. La verdad siempre llega para iluminar oscuros momentos, oscuras etapas de la historia humana. La memoria nos ayuda a encontrarnos con la verdad para traer luz a nuestro presente y decir NUNCA MÁS.

La muestra de arte en la Municipalidad

Durante todo el evento se expuso la obra artística de Iris Mabel Juárez, y las piezas permanecerán en el 6º piso de la Municipalidad de Guaymallén para ser admiradas por quienes así lo deseen.

Iris estudió en la Facultad de Artes y Diseño de la Universidad Nacional de Cuyo, de donde egresó como profesora de Bellas Artes en 1966. Fue docente en el Colegio Martin Zapata, y también profesora adjunta de Taller I y Taller II de Pintura, junto al profesor Alberto Musso, en las Carreras de Artes Visuales de la Facultad de Artes y Diseño.

Estudiosa del lenguaje visual, fue difusora del arte moderno. Parte de su obra, está formada por pinturas en clave pop, a través del cual registró a los personajes más sobresalientes de los años setenta, tanto de la política como del espectáculo, en composiciones rigurosamente calculadas y de un manejo cromático singular.

Otra parte de su obra creativa, tiene que ver con la figuración expresionista ocupando grafito, carbonilla y ampliando significativamente las dimensiones de sus obras.

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