Un día como hoy, la Municipalidad de Guaymallén recuerda especialmente al escritor Luis Ricardo Casnati al cumplirse 97 años de su natalicio.
Casnati nació el 21 de junio de 1926, en San Rafael. A los 15 años fue alumno de Alfredo Bufano, quien se desempeñaba como profesor de literatura. Egresó como arquitecto de la Universidad Nacional de Córdoba, en el año 1952. Fue, además, escritor, diseñador y docente. Se destacó en todos los ámbitos en los que se desarrolló.
Fue figura consular de la poesía mendocina en la segunda mitad del siglo XX. Su trayectoria literaria se inició con “De avena o pájaros” (1965), libro de poemas al que le siguieron “Aquel San Rafael de los álamos” (1975), “La batalla del oro” (1975), “Cantata a dos voces” (1975), “Balanzas, cabras y gemelos” (1984), “La hilandera” (1987), “La luna en el agua” (1993) y otras obras de poesía por las cuales recibió diversos galardones. Editó también obras en prosa, también premiadas. Además, presentó los cuentos “Historias de mi sangre”, “Sólo tu nombre de trigo verde” y “Las palabras del sésamo”, entre otros.
En 1958 fue nombrado director de Arquitectura de la Provincia, por lo que se trasladó a vivir a Mendoza, fijando su domicilio en el distrito Las Cañas, de Guaymallén, donde diseñó y construyó su hogar. En su domicilio poseía una biblioteca con unos 3000 libros.
Fue cofundador de la Facultad de Arquitectura de la Universidad de Mendoza en 1960. Además, fue presidente de la Sociedad de Arquitectos de la provincia, presidente del Colegio de Arquitectos y presidente de la Sociedad Argentina de Escritores (SADE) de Mendoza, institución en la que también ocupó el cargo de vicepresidente a nivel nacional. En marzo de 2017 fue distinguido por su aporte y trayectoria en el mundo artístico por la Cámara de Senadores de Mendoza.
Fue gran amigo y cómplice en el arte de Luis Quesada, con quien creaba piezas de mobiliario. De hecho, la casa de Quesada fue diseñada por Casnati.
El 20 de junio de 2017 falleció con 91 años, rodeado del afecto de sus familiares y amigos.
POEMA
Murió en sí mismo el beso.
Se amortajó en mi boca.
Ella nunca lo tuvo.
La tristeza es redonda.
Iba camino al sol.
Hoy es sombra en la sombra.
Se volvió túnel ciego.
La sangre se equivoca.
La puerta ya no es puerta.
No hay ya campanas locas.
Ahora duerme y sueña.
Y el sueño es sin aurora.
¡Definitivamente sin aurora!
Luis Ricardo Casnati