La Municipalidad sigue rindiendo homenaje a los pioneros de distintas disciplinas que, con su obra, contribuyeron a forjar y difundir la identidad del departamento y fueron embajadores de nuestra cultura en diversas geografías. Un día como hoy, pero de 1938, nacía en Guaymallén el gran escultor mendocino Roberto Rosas. A 85 años de su natalicio, se recuerda una vez más la vida y obra de este destacado artista.
Rosas estudió en la Escuela Superior de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Cuyo. Y aunque su fama se extendió mundialmente gracias a sus esculturas gigantes, sus inicios fueron a través de la pintura: su primera muestra la realizó en el año 1961. Nueve años después, se animó a mostrar por primera vez sus esculturas al público.
Participó en alrededor de 130 exposiciones individuales en Mendoza, Buenos Aires, Rosario, Santa Fe, Mar del Plata y en ciudades de otros países como Ecuador, Brasil, España y Chile. Más de 1000 obras suyas se encuentran en colecciones públicas y privadas de Argentina, Brasil, Estados Unidos, Italia, Alemania, Israel, Sudáfrica, Suiza y China.
Fue invitado por el Gobierno italiano a visitar Florencia en 1985 y por el Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam, en 1986, para participar de la Segunda Bienal de La Habana (Cuba). En 1994, lo invitaron a exponer sus obras en la Fundación Guayasamín, de Quito (Ecuador). En 1996 tuvo la oportunidad de mostrar su trabajo en España, donde cosechó innumerables elogios. Posteriormente, fue parte de varias muestras realizadas en Chile.
Vivió en El Bermejo, lugar donde desarrolló toda su obra escultórica. Su casa taller, conocida como “La Casa del Escultor Roberto Rosas”, fue siempre un enorme muestrario de criaturas gigantes y sorprendentes, talladas en metal. Sus trabajos abrazan el surrealismo y se adivina en ellos un distintivo sello: los rasgos de aborígenes, envueltos en misticismo. Figuras severas y optimistas se mezclan entre ángeles laicos, niños barrigones y gigantes.
De bajo perfil, poco apegado a la exposición pública, fue considerado una joya de la escultura argentina. El gran maestro falleció el 30 de julio de 2015, a los 77 años, quedando la Fundación Rosas para la Escultura funcionando en el mismo lugar donde residió, junto al museo que lleva su nombre.