El 14 de diciembre de 2018, una tragedia fatal ocurrió en la esquina de Matienzo y Costanera. La irresponsabilidad y el egoísmo al volante le arrebataron a Carla Pagliaricci la vida de sus dos hijos, Abril y Agustín, de 3 y 7 años.
En ese mismo lugar, donde se proyecta un paseo, la mamá plantó dos árboles en memoria de los pequeños. Una cinta rosa y una celeste rodean las nuevas especies y recuerdan la importancia y la necesidad de respetar las normas de tránsito, un simple acto que puede salvar algo tan valioso como la vida misma.
Por eso, este sentido reconocimiento es también un llamado a la conciencia. El alcohol, el celular, la imprudencia y la velocidad convierten al vehículo en una potente arma, que puede dejar secuelas irreversibles. El momento para ser responsables no es cuando se tienen que lamentar pérdidas o heridas de gravedad, es cada vez que la persona se enfrenta al cotidiano acto de conducir.
Ahora, el cuidado de estos árboles es responsabilidad de todos, por lo que se apela al compromiso de la comunidad para que crezcan sanos, fuertes y puedan recordar tragedias que nunca debieron ocurrir.
